Voy a dedicar esta primera entrada sobre feniletilaminas a
esta sustancia tan querida por tantos y tan poco comprendida por otros que es
el MDMA, conocido en el argot callejero como "M", "éxtasis"
o "cristal".
Cristales de MDMA
La primera descripción de los efectos fisiológicos en
personas del 3,4-metilendioxi-N-metilanfetamina data de 1976 y fue realizada
por el químico y farmacólogo Alexander Shulgin. En un principio existió una
importante línea de investigación para su uso en terapias de pareja debido a
sus efectos empatógenos (apertura emocional y aumento de la empatía), de hecho a
la droga se la conocía como empatía y no como éxtasis hasta que empezó a
venderse de forma ilegal en el mercado negro bajo este nombre. Como ocurre con
la mayoría de las drogas, el uso irresponsable, la mezcla con otras sustancias
y un par de sustos, todo ello sumado a una gran oleada de desinformación por
parte de los medio acabó con su prohibición en 1985 en EE.UU e incluida en la
lista I de sustancias psicotrópicas de la OMS. Que esté en la lista I a pesar
de ser menos adictiva que otras sustancias legales
como el tabaco o el alcohol es aún hoy día motivo de debate. Mi opinión es que
es una auténtica gilipollez.
A.Shulgin en su laboratorio.
El M actúa como estimulador e inhibidor de la segregación y
la recaptación de serotonina en el cerebro. Básicamente lo que hace es que la
concentración de serotonina en nuestra cabeza aumente por encima de lo normal,
lo que crea ese estado de placer, felicidad y apertura emocional.
Es una sustancia que con un buen uso puede tener en sus
consumidores más efectos positivos que negativos, cuidar al máximo la
dosificación y espaciar las tomas (dependiendo de cada persona, yo opino que lo
óptimo son 2-3 veces al año) son los dos primeros mandamientos a la hora de
consumir esta feniletilamina. Consumir M más de una vez por semana no solo es
una tontería debido a la elevada tolerancia que genera el organismo hacia esta
sustancia si no que puede ser peligroso ya que puede ocasionar problemas y
desajustes muy molestos en nuestro sistema serotoninérgico.
Es perfecta para uso recreativo ya que es casi imposible el
riesgo de tener un “mal viaje” bajo sus efectos. Para quemar en un concierto o
n una fiesta bailando, para hablar y conocer gente o simplemente para disfrutar
con buenos amigos.
En cuanto a la dosificación quisiera comentar también un par
de cosas. Lo óptimo sería consumir entre 80-100 mg en una primera dosis,
por ejemplo en una bombita, esperar a que suba, los efectos empiezan a notarse
entre la media hora y la hora de la ingesta (si es oral), y no hacer
redosificaciones. ¿Por qué?, la respuesta la podéis encontrar en lo que he
dicho más arriba, el MDMA actúa como inhibidor de la recaptación de serotonina, por lo
que volver a consumir más M los niveles de serotonina caerán drásticamente y consimir de seguido no va a servir de nada salvo para aumentará
los efectos anfetamínicos y aparición de efectos negativos (ejem: el clásico
mandibuleo)
Quisiera comentar por último el tremendo error que es
tomarlo mezclando con mucho alcohol, motivo por el cual MDMA puede tener mala fama
en ciertos círculos sociales, sobre todo entre los que no conciben salir de
fiesta sin emborracharse, ya que este
combo sí que puede ser bastante peligroso, las muertes asociadas al consumo de
éxtasis tienen TODAS en común el uso
descontrolado sin medir dosis y alcohol y mezclas de sustancias de por medio (dedicaré
otras entrada a hablar de estos tema).
Un saludo.
Drill.
Drill.
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